jueves, 4 de diciembre de 2008


Estoy cansada de esperar y desesperar el amor, un amor de verdad, un amor que valga la pena.


Tengo claro que me enamoro de quien no debo, de que no debo mostrar una máscara neutra tan de principio, de que no puedo seguir sintiendo día a día un nudo en el estómago ante el silencio del teléfono, ante un temido agujero negro otra vez.


Será que yo le doy a ciertas cosas otro tipo de valor, será que esta vez me encerraría yo sola en un pozo sin fondo sin parar de llorar, porque estoy cansada, muy cansada de simular que no pasa nada y verter todas mis frustraciones en un blog.


Estoy harta de sueños despierta, estoy harta de buscar príncipes azules, estoy harta de besar ranas y más ranas que desaparecen de un salto en el fondo de un estanque dónde yo me miro, y ni me veo. Ni puedo mirarme en él. No quiero seguir con cincuenta citas a la semana, y cien despedidas al més. No quiero sufrir más. No quiero que desaparezcas.


Estoy cansada de enamorarme, o de creer que lo estoy; estoy cansada de buscar la manera de verte de nuevo, de investigar la mejor forma para acabar a tu lado este fin de semana. Estoy harta de la soledad acompañada, de no saber si estás cerca o lejos; no quiero más te quieros sin sentido.


Estoy cansada de esperar y desesperar el amor, esta vez el tuyo.

No hay comentarios: