martes, 1 de marzo de 2011

No me acuerdo de cómo se escriben cartas de amor. La verdad no recuerdo ni la sensación. De todas maneras, no es verdad que solo escriba cuando estoy triste, o me pasan cosas malas. A veces hay cosas que aunque las cuentes, suenan imposibles, y supongo que por eso es más facil poderlas escribir, porque así es complicado correr el riesgo de sentirse juzgada o de que alguien pueda llegar a pensar que en tan poco tiempo uno no puede correr el riesgo de sentir absolutamente nada.

Pensé el poder recuperar alguna historia del pasado y cambiarla un poco, porque no tenía la idea clara de que letras poder combinar para formar las palabras que te den una idea de lo que me pasa por la mente, pero luego me arrepentí; porque está claro que si escribes para alguien nunca puedes compararlo ni definirlo como lo definirías en otro momento de tu vida. Porque yo ya no tengo quince años, ni veinte, y no me parece justo regalarte algo de segunda mano. Ahora bien, al comenzar de cero, nunca sabemos que desenlace tendrá ni si todo tendrá un toque demasiado cursi, o melodramático que es más de mi estilo.

Tengo la sensación de que con esto pierdo la parte de control sobre mí misma que aún me quedaba, porque te cuento demasiado, te escribo cosas ridículas que probablemente veas como demasiado pastelosas, y yo tendré que aguantarme, porque si fuese al revés, estaría metiéndome contigo y llamándote capullo. Y tu te reirías, y dirías que nunca aciertas y que estoy un poco chalada.

Hace casi un mes que empezó esta locura, y no recuerdo un solo día que no pensase en tí desde que cruzamos la primera frase. Y seguramente ha sido una tontería la forma de conocernos, una osadía el pasar el fin de semana juntos, un sprint la manera en la que te metes en mi cabeza; pero no ha salido tan mal cuando se que no olvidaré nunca el momento en el que bajaste de esa moto, me acariciaste la mejilla y me diste un beso interminable, de esos que aunque no sean tu primer beso, no se olvidan jamás.

No te has preguntado nunca que tipo de señal recibimos si realmente nos cruzamos con la persona ideal para pasar juntos el resto de la vida?. Yo me lo he preguntado miles de veces, y no tengo respuesta; pero se que llevo mucho tiempo sin atreverme a dar un paso adelante con nadie, porque no estaba convencida, porque no me apetecía llevarme más golpes, porque era feliz en mi faceta de libertad total; y apareciste tú, con tu cara de no haber roto nunca un plato, con tu mirada de malo, y con tu forma de abrazarme, y ahora no me imagino una sola noche sin al menos compartir un rato contigo, y planear cuantos días nos faltan para podernos ver de nuevo.

Querías un manual de uso, un libro de instrucciones, y lo único que puedo es contarte la manera en la que me haces sentir. Y en las ganas que tengo de volver a estar contigo mil y una veces más.

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